Buenos Aires – Durante 20 años, los estadounidenses han censurado el “capitalismo de amigos” de los países del Tercer Mundo, sobre todo los de Asia. Pero ahora que esas regiones han estado mejorando su gobernanza pública y corporativa –en Hong Kong un tribunal acaba de pronunciar una decisión trascendental contra un magnate de las telecomunicaciones que es el hijo del hombre más rico y poderoso de la provincia– el capitalismo de amigos se está arraigando en Estados Unidos, un país al que el mundo consideró durante mucho tiempo el patrón de la igualdad de condiciones para los negocios. Las “pruebas de estrés” de los bancos estadounidenses que acaban de terminar son sólo la señal más reciente de que el capitalismo de amigos se ha asentado en Washington D.C.
Buenos Aires – Durante 20 años, los estadounidenses han censurado el “capitalismo de amigos” de los países del Tercer Mundo, sobre todo los de Asia. Pero ahora que esas regiones han estado mejorando su gobernanza pública y corporativa –en Hong Kong un tribunal acaba de pronunciar una decisión trascendental contra un magnate de las telecomunicaciones que es el hijo del hombre más rico y poderoso de la provincia– el capitalismo de amigos se está arraigando en Estados Unidos, un país al que el mundo consideró durante mucho tiempo el patrón de la igualdad de condiciones para los negocios. Las “pruebas de estrés” de los bancos estadounidenses que acaban de terminar son sólo la señal más reciente de que el capitalismo de amigos se ha asentado en Washington D.C.