SAN FRANCISCO – Al principio parece sorprendente: los precios de los medicamentos con receta siguen subiendo a un ritmo alarmante en Estados Unidos, a pesar de la amenaza (o la promesa) de la competencia de sustitutos genéricos más baratos. En realidad, no hay ningún misterio. Las compañías farmacéuticas pagan a los actores en todo el sistema de atención de salud para que favorezcan sus costosos medicamentos por sobre las alternativas de menor precio. Y quienes deberían actuar como garantes de los pacientes parecen encantados de seguirles el juego.
SAN FRANCISCO – Al principio parece sorprendente: los precios de los medicamentos con receta siguen subiendo a un ritmo alarmante en Estados Unidos, a pesar de la amenaza (o la promesa) de la competencia de sustitutos genéricos más baratos. En realidad, no hay ningún misterio. Las compañías farmacéuticas pagan a los actores en todo el sistema de atención de salud para que favorezcan sus costosos medicamentos por sobre las alternativas de menor precio. Y quienes deberían actuar como garantes de los pacientes parecen encantados de seguirles el juego.