CAMBRIDGE – Los expertos que advierten sobre los riesgos catastróficos de la inteligencia artificial y los equiparan a los de la aniquilación nuclear ignoran la naturaleza gradual y difusa del desarrollo tecnológico. Como sostuve en mi libro de 2008, The Venturesome Economy, las tecnologías transformadoras —desde el motor a vapor, el avión, la computadora, la telefonía móvil e Internet hasta los antibióticos y las vacunas de ARNm— evolucionan mediante un juego prolongado y en el que participa una cantidad masiva de actores, que desafía el comando y control verticalistas.
CAMBRIDGE – Los expertos que advierten sobre los riesgos catastróficos de la inteligencia artificial y los equiparan a los de la aniquilación nuclear ignoran la naturaleza gradual y difusa del desarrollo tecnológico. Como sostuve en mi libro de 2008, The Venturesome Economy, las tecnologías transformadoras —desde el motor a vapor, el avión, la computadora, la telefonía móvil e Internet hasta los antibióticos y las vacunas de ARNm— evolucionan mediante un juego prolongado y en el que participa una cantidad masiva de actores, que desafía el comando y control verticalistas.