VIENA – Desde 2000, África registra tasas de crecimiento económico impresionantes, debidas en gran medida a los programas de ayuda al desarrollo y a un prolongado auge de los commodities. Pero estos índices (más allá de la gran diversidad de trayectorias socioeconómicas del continente) enmascaran en general la falta básica de transformación estructural.
VIENA – Desde 2000, África registra tasas de crecimiento económico impresionantes, debidas en gran medida a los programas de ayuda al desarrollo y a un prolongado auge de los commodities. Pero estos índices (más allá de la gran diversidad de trayectorias socioeconómicas del continente) enmascaran en general la falta básica de transformación estructural.