La violencia en Francia, alimentada por un desempleo preocupante y por los violentos métodos de la policía, refleja el fracaso total del modelo francés de integración social. Pero la violencia en otros lugares de Europa, como los atentados en Londres en julio y el brutal asesinato del cineasta holandés Theo van Gogh en las calles de Amsterdam en noviembre de 2004 ya habían mostrado, clara y dolorosamente, el fracaso de Europa en integrar a sus minorías.
La violencia en Francia, alimentada por un desempleo preocupante y por los violentos métodos de la policía, refleja el fracaso total del modelo francés de integración social. Pero la violencia en otros lugares de Europa, como los atentados en Londres en julio y el brutal asesinato del cineasta holandés Theo van Gogh en las calles de Amsterdam en noviembre de 2004 ya habían mostrado, clara y dolorosamente, el fracaso de Europa en integrar a sus minorías.