BERLÍN – La victoria de Hassan Rohani en la elección presidencial iraní fue un hecho totalmente inesperado. Es probable que su triunfo en primera ronda (después de una campaña que empezó con ocho candidatos) haya sido una sorpresa bastante grande incluso para el Líder Supremo, el ayatolá Alí Jamenei. A partir de este resultado, las negociaciones con Irán acerca de su programa nuclear, lo mismo que la guerra civil en Siria, pueden adquirir una nueva dinámica. Es que las cosas en Oriente Próximo son así: uno nunca sabe qué puede haber a la vuelta de la esquina.
BERLÍN – La victoria de Hassan Rohani en la elección presidencial iraní fue un hecho totalmente inesperado. Es probable que su triunfo en primera ronda (después de una campaña que empezó con ocho candidatos) haya sido una sorpresa bastante grande incluso para el Líder Supremo, el ayatolá Alí Jamenei. A partir de este resultado, las negociaciones con Irán acerca de su programa nuclear, lo mismo que la guerra civil en Siria, pueden adquirir una nueva dinámica. Es que las cosas en Oriente Próximo son así: uno nunca sabe qué puede haber a la vuelta de la esquina.