Para muchos, entre quienes me incluyo, la ampliación de la OTAN para integrar a los estados bálticos de Estonia, Letonia y Lituania (que en el pasado fueron repúblicas soviéticas), entre otros, es un sueño imposible que se ha convertido en realidad. Cuando surgió la idea por primera vez, hace 10 años, pocas personas se tomaron en serio el tema de la ampliación hacia estos estados. Hasta hace poco, la firme oposición de Rusia a la idea significó un serio obstáculo, ya que agudizó la impresión de que Rusia consideraba a sus repúblicas vecinas como una zona de interés e influencia especial.
Para muchos, entre quienes me incluyo, la ampliación de la OTAN para integrar a los estados bálticos de Estonia, Letonia y Lituania (que en el pasado fueron repúblicas soviéticas), entre otros, es un sueño imposible que se ha convertido en realidad. Cuando surgió la idea por primera vez, hace 10 años, pocas personas se tomaron en serio el tema de la ampliación hacia estos estados. Hasta hace poco, la firme oposición de Rusia a la idea significó un serio obstáculo, ya que agudizó la impresión de que Rusia consideraba a sus repúblicas vecinas como una zona de interés e influencia especial.