BRUSELAS – Al comienzo de la crisis financiera, se dijo de los bancos lo que con agudeza señaló Charles Goodhart: “aunque en vida puedan ser internacionales, se vuelven nacionales en la muerte”. En aquel momento (2008-2009), grandes bancos internacionales se encontraron en problemas y fue necesario que sus propios gobiernos nacionales los rescataran. Pero ahora Europa enfrenta el problema opuesto: los bancos son “nacionales en vida, pero europeos en la muerte”.
BRUSELAS – Al comienzo de la crisis financiera, se dijo de los bancos lo que con agudeza señaló Charles Goodhart: “aunque en vida puedan ser internacionales, se vuelven nacionales en la muerte”. En aquel momento (2008-2009), grandes bancos internacionales se encontraron en problemas y fue necesario que sus propios gobiernos nacionales los rescataran. Pero ahora Europa enfrenta el problema opuesto: los bancos son “nacionales en vida, pero europeos en la muerte”.