BERKELEY – Para resolver un problema, no basta con saber lo que se debe hacer. Hay que aplicar en realidad la solución y estar dispuesto a cambiar de rumbo, si resulta que no se sabía tanto como se creía. Ése es el mensaje de dos libros recientes que juntos nos dicen todo lo que necesitamos saber sobre la crisis financiera de 2008: lo que la causó, lo que se debe hacer para evitar que reaparezca y por qué no se ha hecho aún.
BERKELEY – Para resolver un problema, no basta con saber lo que se debe hacer. Hay que aplicar en realidad la solución y estar dispuesto a cambiar de rumbo, si resulta que no se sabía tanto como se creía. Ése es el mensaje de dos libros recientes que juntos nos dicen todo lo que necesitamos saber sobre la crisis financiera de 2008: lo que la causó, lo que se debe hacer para evitar que reaparezca y por qué no se ha hecho aún.