BEIJING – China está en una encrucijada. Tras tres décadas de crecimiento a un ritmo nunca antes visto, el país toleró excepcionalmente bien la crisis económica internacional. Pero aún conserva importantes desequilibrios económicos que le dificultan alcanzar la condición de país de altos ingresos. La pregunta es: en momentos en que la dirigencia china se enfrenta a desafíos como alto endeudamiento de los gobiernos de nivel local e inestabilidad financiera provocada por actividades de riesgo de la banca informal, ¿tendrá margen suficiente para aplicar políticas que resuelvan esos desequilibrios?
BEIJING – China está en una encrucijada. Tras tres décadas de crecimiento a un ritmo nunca antes visto, el país toleró excepcionalmente bien la crisis económica internacional. Pero aún conserva importantes desequilibrios económicos que le dificultan alcanzar la condición de país de altos ingresos. La pregunta es: en momentos en que la dirigencia china se enfrenta a desafíos como alto endeudamiento de los gobiernos de nivel local e inestabilidad financiera provocada por actividades de riesgo de la banca informal, ¿tendrá margen suficiente para aplicar políticas que resuelvan esos desequilibrios?