LONDRES – La reciente reunión en el Vaticano del "Custodio de los Santos Lugares", rey Abdullah de Arabia Saudí, y el papa Benedicto XVI fue un acontecimiento transcendental, en particular por producirse en un momento en que los musulmanes radicales están censurando el papel de los "cruzados" en la política de Oriente Medio. También fue la señal más clara de una incipiente "Santa Alianza" entre los dirigentes conservadores del mundo, pues el auditorio principal para esa reunión del rey musulmán y el papa católico romano no fue el de sus seguidores, sino otro dirigente conservador, el presidente George W. Bush.
LONDRES – La reciente reunión en el Vaticano del "Custodio de los Santos Lugares", rey Abdullah de Arabia Saudí, y el papa Benedicto XVI fue un acontecimiento transcendental, en particular por producirse en un momento en que los musulmanes radicales están censurando el papel de los "cruzados" en la política de Oriente Medio. También fue la señal más clara de una incipiente "Santa Alianza" entre los dirigentes conservadores del mundo, pues el auditorio principal para esa reunión del rey musulmán y el papa católico romano no fue el de sus seguidores, sino otro dirigente conservador, el presidente George W. Bush.