CAMBRIDGE – Una vez concluida la elección presidencial, los Estados Unidos pueden por fin tener un respiro después de tanta política de campaña, al menos por algún tiempo, pero queda pendiente una pregunta incómoda: ¿cómo es posible que el país más poderoso del mundo y su democracia ininterrumpida más antigua exhiba unas formulaciones políticas que recuerdan más a un Estado africano fallido?
CAMBRIDGE – Una vez concluida la elección presidencial, los Estados Unidos pueden por fin tener un respiro después de tanta política de campaña, al menos por algún tiempo, pero queda pendiente una pregunta incómoda: ¿cómo es posible que el país más poderoso del mundo y su democracia ininterrumpida más antigua exhiba unas formulaciones políticas que recuerdan más a un Estado africano fallido?