PARÍS – Hace un año la eurozona se encontraba en una situación muy delicada. Una serie de medidas (como la creación de un fondo de rescate, un tratado fiscal y la entrega de liquidez barata al sistema bancario) destinadas a impresionar a los mercados financieros no lograban su cometido. La crisis se había propagado desde la periferia monetaria de la unión a su centro. Los países del sur de Europa sufrían la liquidación de su deuda soberana y la fuga de capitales privados. Europa se fragmentaba en lo financiero y se especulaba cada vez más sobre su posible ruptura.
PARÍS – Hace un año la eurozona se encontraba en una situación muy delicada. Una serie de medidas (como la creación de un fondo de rescate, un tratado fiscal y la entrega de liquidez barata al sistema bancario) destinadas a impresionar a los mercados financieros no lograban su cometido. La crisis se había propagado desde la periferia monetaria de la unión a su centro. Los países del sur de Europa sufrían la liquidación de su deuda soberana y la fuga de capitales privados. Europa se fragmentaba en lo financiero y se especulaba cada vez más sobre su posible ruptura.