FRÁNCFORT – Para muchos líderes europeos, la crisis de la eurozona demuestra la necesidad de construir “más Europa”, cuya meta final es lograr una unión política plenamente desarrollada. Si se tiene en cuenta la historia bélica y la división ideológica del continente, como también los desafíos actuales que plantea la globalización, una Europa pacífica, próspera y unida que ejerza influencia en el extranjero es, sin lugar a dudas, un objetivo deseable. Sin embargo, quedan aún desacuerdos de envergadura sobre la manera de alcanzar dicho objetivo.
FRÁNCFORT – Para muchos líderes europeos, la crisis de la eurozona demuestra la necesidad de construir “más Europa”, cuya meta final es lograr una unión política plenamente desarrollada. Si se tiene en cuenta la historia bélica y la división ideológica del continente, como también los desafíos actuales que plantea la globalización, una Europa pacífica, próspera y unida que ejerza influencia en el extranjero es, sin lugar a dudas, un objetivo deseable. Sin embargo, quedan aún desacuerdos de envergadura sobre la manera de alcanzar dicho objetivo.