Calibrar la esperanza

SEATTLE – La vida de los más pobres del mundo ha mejorado más rápidamente en los quince últimos años que nunca antes y hasta soy más optimista todavía, pues creo que en los próximos quince años conseguiremos un resultado aún mejor al respecto. Al fin y al cabo, el conocimiento humano está aumentando. Lo vemos concretamente en la creación y costos cada vez menores de nuevos medicamentos, como los del tratamiento del VIH, y de nuevas semillas que permiten a los agricultores pobres ser más productivos. Una vez que se inventan instrumentos semejantes, nunca se da marcha atrás: simplemente mejoran.

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