NUEVA YORK – Este año se ha caracterizado por una ola global de descontento e inestabilidad política y social, que ha ocasionado que la gente salga en masa a las calles reales y virtuales: la primavera árabe; los disturbios en Londres; las protestas de las clases medias de Israel contra los elevados precios de las viviendas y la presión inflacionaria sobre los estándares de vida; las protestas de los estudiantes chilenos; la destrucción en Alemania de los coches de lujo de los “ricos”; el movimiento en India contra la corrupción; el creciente descontento por la corrupción y la desigualdad en China; y ahora, el movimiento de los “indignados” de Wall Street en Nueva York y en todos los Estados Unidos.
NUEVA YORK – Este año se ha caracterizado por una ola global de descontento e inestabilidad política y social, que ha ocasionado que la gente salga en masa a las calles reales y virtuales: la primavera árabe; los disturbios en Londres; las protestas de las clases medias de Israel contra los elevados precios de las viviendas y la presión inflacionaria sobre los estándares de vida; las protestas de los estudiantes chilenos; la destrucción en Alemania de los coches de lujo de los “ricos”; el movimiento en India contra la corrupción; el creciente descontento por la corrupción y la desigualdad en China; y ahora, el movimiento de los “indignados” de Wall Street en Nueva York y en todos los Estados Unidos.