BERLÍN – Hace pocas semanas, parecía que lo peor de la crisis financiera europea había quedado atrás y que se avecinaba un retorno de la estabilidad. Pero las apariencias engañaron. Un problema que (al menos en términos relativos) podría haber sido menor, el de Chipre, se combinó con un grado de incompetencia casi increíble de parte de la “troika” (la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional) y se convirtió en una crisis de grandes proporciones.
BERLÍN – Hace pocas semanas, parecía que lo peor de la crisis financiera europea había quedado atrás y que se avecinaba un retorno de la estabilidad. Pero las apariencias engañaron. Un problema que (al menos en términos relativos) podría haber sido menor, el de Chipre, se combinó con un grado de incompetencia casi increíble de parte de la “troika” (la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional) y se convirtió en una crisis de grandes proporciones.