NUEVA YORK – No fue hace tanto tiempo cuando podíamos decir: “Ahora somos todos keynesianos”. El sector financiero y su ideología de libre mercado habían llevado al mundo al borde de la ruina. Los mercados claramente no se estaban autocorrigiendo. La desregulación había demostrado ser un fracaso abismal.
NUEVA YORK – No fue hace tanto tiempo cuando podíamos decir: “Ahora somos todos keynesianos”. El sector financiero y su ideología de libre mercado habían llevado al mundo al borde de la ruina. Los mercados claramente no se estaban autocorrigiendo. La desregulación había demostrado ser un fracaso abismal.