MILÁN – En los mercados emergentes que crecen rápidamente, una mezcla de fuerzas económicas internas y políticas de apoyo sumadas a la naturaleza cambiante de la economía global es motor de un cambio sumamente veloz y de amplias consecuencias. Las estructuras económicas se transforman con tal velocidad que es casi imposible no advertirlo; pero los cambios son tan complejos que por momentos resultan desconcertantes.
MILÁN – En los mercados emergentes que crecen rápidamente, una mezcla de fuerzas económicas internas y políticas de apoyo sumadas a la naturaleza cambiante de la economía global es motor de un cambio sumamente veloz y de amplias consecuencias. Las estructuras económicas se transforman con tal velocidad que es casi imposible no advertirlo; pero los cambios son tan complejos que por momentos resultan desconcertantes.