NUEVA DELHI – Dos “grandes juegos” se desarrollan actualmente en el sur de Asia. Al occidente, Afganistán -y los “yihadistas islamistas”, como los llama Henry Kissinger- desafían el orden internacional. Al oriente, un gran número de tropas chinas han penetrado en los territorios pakistaníes, en lo alto de las intrincadas montañas del Karakórum de Cachemira, que se encuentran en la pintoresca región de Gilgit-Baltistán, no lejos del helado campo de batalla de Siachen, donde India y Pakistán se enfrentan.
NUEVA DELHI – Dos “grandes juegos” se desarrollan actualmente en el sur de Asia. Al occidente, Afganistán -y los “yihadistas islamistas”, como los llama Henry Kissinger- desafían el orden internacional. Al oriente, un gran número de tropas chinas han penetrado en los territorios pakistaníes, en lo alto de las intrincadas montañas del Karakórum de Cachemira, que se encuentran en la pintoresca región de Gilgit-Baltistán, no lejos del helado campo de batalla de Siachen, donde India y Pakistán se enfrentan.