Nuestra deuda con Stalingrado

BERKELEY – No somos seres recientemente creados, inocentes, racionales y razonables. No somos creados de la nada en un Edén sin nombre bajo un nuevo sol. Somos, más bien, el producto de cientos de millones de años de evolución miope, y miles de años de historia no escrita y luego registrada. Nuestro pasado se fue construyendo en base a capas superpuestas de instintos, propensiones, hábitos de pensamiento, patrones de interacción y recursos materiales.

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