PRINCETON – La tarea nunca iba a ser fácil: imponer pérdidas de unos 5.800 millones de euros (7.500 millones de dólares) a los prestamistas del Gobierno de Chipre y a los depositantes en los bancos del país. Y ahora esa medida ha conducido a Europa a su más reciente callejón sin salida.
PRINCETON – La tarea nunca iba a ser fácil: imponer pérdidas de unos 5.800 millones de euros (7.500 millones de dólares) a los prestamistas del Gobierno de Chipre y a los depositantes en los bancos del país. Y ahora esa medida ha conducido a Europa a su más reciente callejón sin salida.