CAMBRIDGE - Europa se encuentra en una crisis constitucional. Nadie parece tener el poder de imponer una resolución razonable a la crisis de la deuda de sus países periféricos. En lugar de reestructurar la carga de deuda manifiestamente insostenible de Portugal, Irlanda y Grecia (los llamados países "PIG", por sus iniciales), los políticos y legisladores están presionando para que se adopten paquetes de rescate cada vez más grandes con condiciones de austeridad cada vez menos realistas. Por desgracia, no están sólo "pateando" el problema para más adelante, sino empujando una bola de nieve montaña abajo.
CAMBRIDGE - Europa se encuentra en una crisis constitucional. Nadie parece tener el poder de imponer una resolución razonable a la crisis de la deuda de sus países periféricos. En lugar de reestructurar la carga de deuda manifiestamente insostenible de Portugal, Irlanda y Grecia (los llamados países "PIG", por sus iniciales), los políticos y legisladores están presionando para que se adopten paquetes de rescate cada vez más grandes con condiciones de austeridad cada vez menos realistas. Por desgracia, no están sólo "pateando" el problema para más adelante, sino empujando una bola de nieve montaña abajo.