CAMBRIDGE – Supongamos que los principales estrategas políticos del mundo se volvieran a reunir en Bretton Woods, New Hampshire, para diseñar un nuevo orden económico global. Naturalmente estarían preocupados por los problemas de hoy: la crisis de la eurozona, la recuperación global, la regulación financiera, los desequilibrios macroeconómicos internacionales y demás. Pero abordar estas cuestiones exigiría que los líderes reunidos se elevaran por encima de ellas y consideraran la solidez de los acuerdos económicos globales en general.
CAMBRIDGE – Supongamos que los principales estrategas políticos del mundo se volvieran a reunir en Bretton Woods, New Hampshire, para diseñar un nuevo orden económico global. Naturalmente estarían preocupados por los problemas de hoy: la crisis de la eurozona, la recuperación global, la regulación financiera, los desequilibrios macroeconómicos internacionales y demás. Pero abordar estas cuestiones exigiría que los líderes reunidos se elevaran por encima de ellas y consideraran la solidez de los acuerdos económicos globales en general.