A los países en desarrollo con frecuencia se les sugiere (o se les ordena) llevar a cabo reformas recomendadas por "expertos" llamados "tecnócratas" y que suelen tener el respaldo del FMI. A la oposición a las reformas que estos proponen generalmente se le tacha de "populista". A los países que no adoptan esas reformas se les acusa de pusilánimes o carentes de voluntad política y pronto sufren las consecuencias: tasas de interés más elevadas al pedir préstamos del extranjero.
A los países en desarrollo con frecuencia se les sugiere (o se les ordena) llevar a cabo reformas recomendadas por "expertos" llamados "tecnócratas" y que suelen tener el respaldo del FMI. A la oposición a las reformas que estos proponen generalmente se le tacha de "populista". A los países que no adoptan esas reformas se les acusa de pusilánimes o carentes de voluntad política y pronto sufren las consecuencias: tasas de interés más elevadas al pedir préstamos del extranjero.