NUEVA YORK – Desde principios de este año, la economía mundial enfrenta un nuevo período de intensa volatilidad en los mercados financieros, marcado por la brusca caída de los precios de las acciones y otros activos riesgosos. Son diversos los factores en juego: la preocupación por un aterrizaje forzoso de la economía china y el posible decaimiento del crecimiento en Estados Unidos en un momento en que la Fed ha comenzado a elevar las tasas de interés, los temores por la escalada en el conflicto saudí-iraní, y las señales —principalmente el desplome de los precios del petróleo y las materias primas— de una intensa debilidad en la demanda mundial.
NUEVA YORK – Desde principios de este año, la economía mundial enfrenta un nuevo período de intensa volatilidad en los mercados financieros, marcado por la brusca caída de los precios de las acciones y otros activos riesgosos. Son diversos los factores en juego: la preocupación por un aterrizaje forzoso de la economía china y el posible decaimiento del crecimiento en Estados Unidos en un momento en que la Fed ha comenzado a elevar las tasas de interés, los temores por la escalada en el conflicto saudí-iraní, y las señales —principalmente el desplome de los precios del petróleo y las materias primas— de una intensa debilidad en la demanda mundial.