VARSOVIA – Los días de gloria de la economía mundial son evidentemente cosa del pasado. Y sin embargo, la dirigencia política sigue ocupada en gestionar la demanda a corto plazo, con la esperanza de poder revivir las impetuosas tasas de crecimiento de antes de la crisis financiera de 2008‑2009. Es un error. El análisis de los factores de crecimiento neoclásicos (mano de obra, capital y productividad total de los factores) hace dudar de la posibilidad de que una política de estímulo a la demanda sea sostenible a largo plazo, o tan siquiera eficaz a corto plazo.
VARSOVIA – Los días de gloria de la economía mundial son evidentemente cosa del pasado. Y sin embargo, la dirigencia política sigue ocupada en gestionar la demanda a corto plazo, con la esperanza de poder revivir las impetuosas tasas de crecimiento de antes de la crisis financiera de 2008‑2009. Es un error. El análisis de los factores de crecimiento neoclásicos (mano de obra, capital y productividad total de los factores) hace dudar de la posibilidad de que una política de estímulo a la demanda sea sostenible a largo plazo, o tan siquiera eficaz a corto plazo.