Poco después de ser elegido primer Presidente izquierdista del Uruguay, Tabaré Vázquez declaró: "Tenemos que reconstruir el futuro a partir de las limitaciones de nuestro tiempo". En toda América Latina se están produciendo reconstrucciones y transformaciones. Una "marea rosa" ha llevado a políticos como Vázquez al centro del escenario y a plantear un desafío a Norteamérica y a Europa. Las reformas y los altos precios de las materias primas están impulsando a la región. Las economías de América Latina están teniendo ahora unos buenos resultados que no habían tenido durante mucho tiempo.
Pero la reconstrucción no se hace de la noche a la mañana. Las "limitaciones" a las que se refería Vázquez son inmensas. América Latina dista mucho de poder competir con la potencia de China o la India y sigue teniendo la mayor diferencia entre ricos y pobres. El 10 por ciento más rico de su población gana casi la mitad de los ingresos totales, mientras que el 10 por ciento más pobre gana tan sólo el 1,6 por ciento. En cambio, el diez por ciento superior de los países industrializados gana el 29,1 por ciento de los ingreso totales, mientras que el diez por ciento inferior gana el 2,5 por ciento.
En el conjunto de América Latina y el Caribe, una de cada cuatro personas sobrevive con menos de dos dólares al día. Cincuenta millones de personas, el equivalente de toda la población del Reino Unido, se las arregla con menos de un dólar. Además, el 14 por ciento de los habitantes de la región carecen de ingresos suficientes para costearse la atención básica de salud. Existe una intensa impresión de corrupción e ineficiencia, por lo que no existe una gran confianza pública en las instituciones, mientras que recientemente la inversión en infraestructuras se ha reducido marcadamente.
Aunque América Latina tiene la voluntad de resolver sus inmensos problemas, carece de recursos para resolverlo todo de una vez. Por eso, es importante disponer de una visión general sobre cuál sería la utilización más eficaz de los escasos recursos financieros de América Latina.
El próximo octubre, el Centro de Consenso de Copenhague, junto con el Banco Interamericano de Desarrollo, organizará una conferencia –la Consulta de San José– en la que se examinará lo que se puede hacer en todo el continente.
Naturalmente, la región ha presenciado muchas conferencias de buena voluntad semejantes, pero ésta responderá a una pregunta concreta: si América Latina dispusiera de 10.000 millones –pongamos por caso- de dólares suplementarios a lo largo de los cinco próximos años para mejorar el bienestar, ¿qué proyectos rendirían los mayores beneficios? ¿Cuánto se podría lograr, si se gastaran más fondos en educación, en hacer que la administración pública sea más eficiente o en luchar contra la violencia y el crimen?
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En la Consulta de San José se examinarán detenidamente esas y otras cuestiones: desde la atención de salud hasta el medio ambiente de la región. Un equipo de 20 expertos económicos especialistas en esa región, procedentes de América Latina y de otras partes, sopesará las opciones y examinará detenidamente los costos y beneficios de las soluciones propuestas.
El equipo se compone de académicos eminentes, entre otros el economista y Ministro de Hacienda chileno Andrés Velasco, el Secretario General Adjunto de las Naciones Unidas José Antonio Ocampo, el profesor de la Universidad de Harvard y antiguo miembro del consejo del Banco Central de Venezuela Ricardo Hausmann y Nancy Birdsall, Presidenta del Centro para el Desarrollo Mundial.
En sesiones a puerta cerrada, ese grupo de expertos confeccionará una lista de prioridades con las soluciones más prometedoras. Para lograr la participación comunitaria y de los futuros dirigentes de la región, intervendrán estudiantes de una de las escuelas de administración de empresas más importantes de la región. Escucharán las intervenciones de los mismos expertos sobre la corrupción, la escolarización y el medio ambiente, pero aportarán la perspectiva de la juventud a sus deliberaciones.
Actualmente, los encargados de la formulación de políticas y las organizaciones de ayuda de América Latina gastan los fondos sin la orientación que brindaría un conjunto coherente y explícito de opciones. La conferencia subraya el deseo de la región de bastarse a sí misma. Señalará los problemas que afronta América Latina, pero también –y eso es más importante- sus soluciones , al tiempo que permitirá a los encargados de adoptar decisiones centrarse en la asignación de fondos a los proyectos más beneficiosos.
América Latina está experimentando una transformación apasionante. La Consulta de San José puede ayudarla a construir un futuro con menos limitaciones.
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Donald Trump’s immediate, aggressive use of import tariffs has revealed a fundamental difference between his first and second term. Far from a mere negotiating strategy, the goal this time is to replace a global rules-based system of managed economic integration with coerced decoupling.
emphasizes a fundamental difference between the US trade agenda now and during the president’s first term.
Recent actions by the United States may foreshadow its withdrawal from the world’s foremost multilateral institution. Paradoxically, however, the breakdown of the multilateral order the US helped establish nearly eight decades ago could serve as a catalyst for greater international cooperation.
thinks the paradigm shift in US foreign policy could end up strengthening global solidarity.
Poco después de ser elegido primer Presidente izquierdista del Uruguay, Tabaré Vázquez declaró: "Tenemos que reconstruir el futuro a partir de las limitaciones de nuestro tiempo". En toda América Latina se están produciendo reconstrucciones y transformaciones. Una "marea rosa" ha llevado a políticos como Vázquez al centro del escenario y a plantear un desafío a Norteamérica y a Europa. Las reformas y los altos precios de las materias primas están impulsando a la región. Las economías de América Latina están teniendo ahora unos buenos resultados que no habían tenido durante mucho tiempo.
Pero la reconstrucción no se hace de la noche a la mañana. Las "limitaciones" a las que se refería Vázquez son inmensas. América Latina dista mucho de poder competir con la potencia de China o la India y sigue teniendo la mayor diferencia entre ricos y pobres. El 10 por ciento más rico de su población gana casi la mitad de los ingresos totales, mientras que el 10 por ciento más pobre gana tan sólo el 1,6 por ciento. En cambio, el diez por ciento superior de los países industrializados gana el 29,1 por ciento de los ingreso totales, mientras que el diez por ciento inferior gana el 2,5 por ciento.
En el conjunto de América Latina y el Caribe, una de cada cuatro personas sobrevive con menos de dos dólares al día. Cincuenta millones de personas, el equivalente de toda la población del Reino Unido, se las arregla con menos de un dólar. Además, el 14 por ciento de los habitantes de la región carecen de ingresos suficientes para costearse la atención básica de salud. Existe una intensa impresión de corrupción e ineficiencia, por lo que no existe una gran confianza pública en las instituciones, mientras que recientemente la inversión en infraestructuras se ha reducido marcadamente.
Aunque América Latina tiene la voluntad de resolver sus inmensos problemas, carece de recursos para resolverlo todo de una vez. Por eso, es importante disponer de una visión general sobre cuál sería la utilización más eficaz de los escasos recursos financieros de América Latina.
El próximo octubre, el Centro de Consenso de Copenhague, junto con el Banco Interamericano de Desarrollo, organizará una conferencia –la Consulta de San José– en la que se examinará lo que se puede hacer en todo el continente.
Naturalmente, la región ha presenciado muchas conferencias de buena voluntad semejantes, pero ésta responderá a una pregunta concreta: si América Latina dispusiera de 10.000 millones –pongamos por caso- de dólares suplementarios a lo largo de los cinco próximos años para mejorar el bienestar, ¿qué proyectos rendirían los mayores beneficios? ¿Cuánto se podría lograr, si se gastaran más fondos en educación, en hacer que la administración pública sea más eficiente o en luchar contra la violencia y el crimen?
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El equipo se compone de académicos eminentes, entre otros el economista y Ministro de Hacienda chileno Andrés Velasco, el Secretario General Adjunto de las Naciones Unidas José Antonio Ocampo, el profesor de la Universidad de Harvard y antiguo miembro del consejo del Banco Central de Venezuela Ricardo Hausmann y Nancy Birdsall, Presidenta del Centro para el Desarrollo Mundial.
En sesiones a puerta cerrada, ese grupo de expertos confeccionará una lista de prioridades con las soluciones más prometedoras. Para lograr la participación comunitaria y de los futuros dirigentes de la región, intervendrán estudiantes de una de las escuelas de administración de empresas más importantes de la región. Escucharán las intervenciones de los mismos expertos sobre la corrupción, la escolarización y el medio ambiente, pero aportarán la perspectiva de la juventud a sus deliberaciones.
Actualmente, los encargados de la formulación de políticas y las organizaciones de ayuda de América Latina gastan los fondos sin la orientación que brindaría un conjunto coherente y explícito de opciones. La conferencia subraya el deseo de la región de bastarse a sí misma. Señalará los problemas que afronta América Latina, pero también –y eso es más importante- sus soluciones , al tiempo que permitirá a los encargados de adoptar decisiones centrarse en la asignación de fondos a los proyectos más beneficiosos.
América Latina está experimentando una transformación apasionante. La Consulta de San José puede ayudarla a construir un futuro con menos limitaciones.