FRÁNCFORT – El Banco Central Europeo está metido en un gran experimento arriesgado. Los tipos de interés principales han permanecido próximos a cero desde hace ya seis años. Los mercados financieros están inundados de liquidez. El resultado de la gestión de la crisis han sido importantes distorsiones de los mercados, por lo que el funcionamiento de algunos segmentos ha dejado de poder explicarse por los datos económicos fundamentales. Las consecuencias no deseadas de esa política resultan cada vez más visibles y llegarán a ser cada vez más tangibles, al abandonar la Reserva Federal la política monetaria ultrarrelajada desde 2008.
FRÁNCFORT – El Banco Central Europeo está metido en un gran experimento arriesgado. Los tipos de interés principales han permanecido próximos a cero desde hace ya seis años. Los mercados financieros están inundados de liquidez. El resultado de la gestión de la crisis han sido importantes distorsiones de los mercados, por lo que el funcionamiento de algunos segmentos ha dejado de poder explicarse por los datos económicos fundamentales. Las consecuencias no deseadas de esa política resultan cada vez más visibles y llegarán a ser cada vez más tangibles, al abandonar la Reserva Federal la política monetaria ultrarrelajada desde 2008.