PARÍS – En 2002, el presidente saliente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, declaró en un recordado discurso: “Aunque he dicho que una deflación en Estados Unidos es altamente improbable, sería imprudente de mi parte descartar por completo esa posibilidad”. En aquel momento, la tasa anual de inflación en Estados Unidos superaba el 2%, y el riesgo de que descendiera por debajo de cero era, de hecho, insignificante; pero aun así, Bernanke consideró que era necesario planificar una vía de escape por si esa posibilidad potencialmente catastrófica se hacía realidad. El plan que describió fue, básicamente, un preanuncio de las políticas que la Reserva Federal implementó después de la crisis de 2008.
PARÍS – En 2002, el presidente saliente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, declaró en un recordado discurso: “Aunque he dicho que una deflación en Estados Unidos es altamente improbable, sería imprudente de mi parte descartar por completo esa posibilidad”. En aquel momento, la tasa anual de inflación en Estados Unidos superaba el 2%, y el riesgo de que descendiera por debajo de cero era, de hecho, insignificante; pero aun así, Bernanke consideró que era necesario planificar una vía de escape por si esa posibilidad potencialmente catastrófica se hacía realidad. El plan que describió fue, básicamente, un preanuncio de las políticas que la Reserva Federal implementó después de la crisis de 2008.