MADRID – El presente es siempre dinámico, pero los ritmos se aceleran y la profundidad de las transformaciones de hoy obliga a repensar cómo miramos a la realidad. Será mejor acostumbrarse: se avecinan tiempos en los que nada volverá a ser como antes.
MADRID – El presente es siempre dinámico, pero los ritmos se aceleran y la profundidad de las transformaciones de hoy obliga a repensar cómo miramos a la realidad. Será mejor acostumbrarse: se avecinan tiempos en los que nada volverá a ser como antes.