NUEVA YORK – Con la escalada de violencia en el sur y el este de Ucrania y ninguna solución a la vista, la crisis ucraniana se ha convertido en el conflicto geopolítico más turbulento del mundo desde el que desataron los atentados terroristas contra Estados Unidos en 2001. La estrategia de sanciones liderada por Estados Unidos no hará que mermen las tensiones entre Occidente y Rusia ni apuntalará al tambaleante gobierno ucraniano pro-occidental. Sin embargo, aún con un endurecimiento de las sanciones contra Rusia y una creciente violencia en Ucrania, existen pocas posibilidades de que esté por desatarse la segunda Guerra Fría.
NUEVA YORK – Con la escalada de violencia en el sur y el este de Ucrania y ninguna solución a la vista, la crisis ucraniana se ha convertido en el conflicto geopolítico más turbulento del mundo desde el que desataron los atentados terroristas contra Estados Unidos en 2001. La estrategia de sanciones liderada por Estados Unidos no hará que mermen las tensiones entre Occidente y Rusia ni apuntalará al tambaleante gobierno ucraniano pro-occidental. Sin embargo, aún con un endurecimiento de las sanciones contra Rusia y una creciente violencia en Ucrania, existen pocas posibilidades de que esté por desatarse la segunda Guerra Fría.