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¿Viven los palestinos e israelíes en el mismo mundo?

BERLÍN – En su libro La inmensidad del mundo: una historia de cómo los sentidos de los animales nos muestran los reinos ocultos que nos rodean, ganador del premio Pulitzer, Ed Yong, escritor de ciencia, cuenta que todos los mamíferos, peces e insectos —todas las formas de vida terrestre— están «encapsulados en burbujas sensoriales únicas, donde solo perciben una pequeñísima parte de este inmenso mundo». Esas burbujas sensoriales son los Umwelt de cada criatura, la «parte de su entorno que cada animal puede sentir y experimentar: su mundo perceptual». Dos criaturas pueden «estar en el mismo espacio físico» y, sin embargo, «tener Umwelten completamente distintos».

Eso nos lleva a una pregunta de fundamental importancia: ¿todos los humanos compartimos el mismo Umwelt o nos es imposible compartir experiencias?

El mundo perceptual de cada animal depende de cuestiones específicas relacionadas con sus sentidos. Por ejemplo, los tiburones usan el olfato para detectar presas a kilómetros de distancia en el océano, la vista cuando ya las tienen en su campo de visión, un órgano sensorial conocido como el línea lateral para detectar el movimiento, y pulsos eléctricos sobre el final, para guiarse en el ataque. Los pájaros pueden ver en las plumas marcas ultravioletas invisibles para los humanos, por lo que hembras y machos que para nosotros son idénticos, para ellos son muy diferentes. Los murciélagos «ven» al mundo gracias a la ecolocación y algunos peces usan la «electrolocación».

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