Casi no hay día en que no sepamos de algún ministro de gobierno que renuncia a su cargo en algún lugar. En cierto sentido, eso no es sorprendente. Después de todo, sólo en la Unión Europea los veinticinco estados miembros dan empleo a cientos de ministros en su conjunto - e incluso más si se consideran los subsecretarios. Pero, ¿por qué renuncian los ministros? Y lo que es más interesante: ¿por qué algunos no renuncian cuando parece haber razones de peso para que lo hagan?
Casi no hay día en que no sepamos de algún ministro de gobierno que renuncia a su cargo en algún lugar. En cierto sentido, eso no es sorprendente. Después de todo, sólo en la Unión Europea los veinticinco estados miembros dan empleo a cientos de ministros en su conjunto - e incluso más si se consideran los subsecretarios. Pero, ¿por qué renuncian los ministros? Y lo que es más interesante: ¿por qué algunos no renuncian cuando parece haber razones de peso para que lo hagan?