MADRID – En su último libro, On China, Henry Kissinger utiliza los tradicionales juegos intelectuales favoritos de China y Occidente -el weiqi y el ajedrez- como una manera de poder revelar las actitudes diferentes de estos países en materia de política de poder internacional. El ajedrez tiene que ver con una victoria total, una batalla clausewitziana por el "centro de gravedad" y la eventual eliminación del enemigo, mientras que el weiqi se basa en la búsqueda de una ventaja relativa a través de una estrategia de cerco que evita el conflicto directo.
MADRID – En su último libro, On China, Henry Kissinger utiliza los tradicionales juegos intelectuales favoritos de China y Occidente -el weiqi y el ajedrez- como una manera de poder revelar las actitudes diferentes de estos países en materia de política de poder internacional. El ajedrez tiene que ver con una victoria total, una batalla clausewitziana por el "centro de gravedad" y la eventual eliminación del enemigo, mientras que el weiqi se basa en la búsqueda de una ventaja relativa a través de una estrategia de cerco que evita el conflicto directo.