Debimos saber que algo andaba mal cuando el 2 de febrero de 1999 Hugo Chávez selló su ascenso a la Presidencia de Venezuela declarando que juraba sobre “esta moribunda constitución”. La “moribunda”, como a partir de ahí quedó bautizada, había hecho posibles 8 transiciones pacíficas del poder en el país y el pleno funcionamiento de un régimen de partidos políticos y libertades individuales. Cierto es que en ese período Venezuela produjo tanta corrupción e irresponsabilidad política como barriles de petróleo, pero en el balance final había sido, políticamente hablando, un país bastante mejor al promedio latinoamericano. No era Suiza, pero sí, ciertamente, una democracia genuina.
Debimos saber que algo andaba mal cuando el 2 de febrero de 1999 Hugo Chávez selló su ascenso a la Presidencia de Venezuela declarando que juraba sobre “esta moribunda constitución”. La “moribunda”, como a partir de ahí quedó bautizada, había hecho posibles 8 transiciones pacíficas del poder en el país y el pleno funcionamiento de un régimen de partidos políticos y libertades individuales. Cierto es que en ese período Venezuela produjo tanta corrupción e irresponsabilidad política como barriles de petróleo, pero en el balance final había sido, políticamente hablando, un país bastante mejor al promedio latinoamericano. No era Suiza, pero sí, ciertamente, una democracia genuina.