A pesar de los comentarios frecuentes en contra, el problema fundamental en Oriente Medio no es la intervención de Occidente. Por el contrario, el problema real es que, a pesar de su interés superficial, las potencias occidentales no parecen capacitadas ni para la guerra ni para el diálogo. Esto deja a todos en la región a merced de los regímenes opresivos y los terroristas proliferantes de Oriente Medio.
A pesar de los comentarios frecuentes en contra, el problema fundamental en Oriente Medio no es la intervención de Occidente. Por el contrario, el problema real es que, a pesar de su interés superficial, las potencias occidentales no parecen capacitadas ni para la guerra ni para el diálogo. Esto deja a todos en la región a merced de los regímenes opresivos y los terroristas proliferantes de Oriente Medio.