CAMBRIDGE – No existe una panacea keynesiana para las aflicciones de la zona del euro. Pero aún así, no sorprende el espectacularmente confuso argumento actual que sostiene que el exceso de austeridad está matando a Europa. Los comentaristas, consumidos por la política, atacan ferozmente a cualquier blanco disponible, mientras que las masas «antiausteridad» aparentemente creen que existen soluciones cíclicas fáciles para los problemas estructurales difíciles.
CAMBRIDGE – No existe una panacea keynesiana para las aflicciones de la zona del euro. Pero aún así, no sorprende el espectacularmente confuso argumento actual que sostiene que el exceso de austeridad está matando a Europa. Los comentaristas, consumidos por la política, atacan ferozmente a cualquier blanco disponible, mientras que las masas «antiausteridad» aparentemente creen que existen soluciones cíclicas fáciles para los problemas estructurales difíciles.